domingo, 30 de octubre de 2011

Vencedoras y vencidas


Llevaban mucho tiempo enzarzadas en una guerra cruel que no pasaría a la historia y que no importaba absolutamente nada a nadie. Pero aquella guerra tuvo episodios bélicos notables, cuyo relato nada tendría que envidiar a las hazañas bélicas de los humanos. 

Al fin, tras todo ese tiempo, las hormigas del hormiguero más cercano a la boca de riego se habían impuesto a las del viejo y reseco pino carrasco. Triunfantes, un puñado de obreras trasportaba el cadáver despedazado de la Reina rival. Dos de ellas llevaban las alas; otra, la cabeza y parte del tronco. La mayoría, no obstante, tenía que conformarse con trofeos mas pequeños: las patitas, una antena…

Era la victoria: aquellas que las habían sojuzgado pasarían a formar parte de la despensa del hormiguero, en un momento, además, en el que hacían falta reservas para afrontar el cercano y duro invierno. Tras él, con la primavera, otra Reina volvería a liderar el hormiguero rival y comenzaría una nueva guerra, sin que nadie recordara ya la anterior.

domingo, 16 de octubre de 2011

Si no sabes cómo se escribe algo, lo pones en Google, y Google te corrige

Me da miedo hablar.
Hay cosas que sólo se pueden decir con el silencio
y cualquier otra cosa es mentira.

Me da miedo escribir,
tengo miedo de que demasiadas palabras,
juntas,
sean más fuertes que yo.

Me da miedo no escribir bien,
que si no escribo las palabras adecuadas,
se acabe estropeando para siempre el mundo,
como con un conjuro leído alrevés.

Me da miedo haberme olvidado ya de las palabras.
Me dicen que no importa,
que si no sabes cómo se escribe algo,
lo pones en Google y Google te corrije corrige.

Eso me da todavía más miedo;
que todos acabemos siendo tan fríos, rápidos, asepticos, sabios y blacos
como el cerebro omnisciente y ubicuo de Google,
que vive y reina por los siglos de los siglos,
amén.

jueves, 13 de octubre de 2011

La ardilla de Estrabón

Estrabón fue un geógrafo Griego de la antigüedad que recorrió Europa en tiempos de la Pax Romana, describiendo la gente y los lugares por donde viajó. A él se atribuye la idea de que, en tiempos de los romanos, la Península Ibérica era tan verde y frondosa que una ardilla podía cruzar Hispania desde los Pirineos a Gibraltar sin bajarse de las ramas de los árboles.

A mi esta historia, que oí de pequeño, siempre me ha dado muchísima pena. Tanta que se me saltaban las lágrimas. Ya no sólo por la sensación de pérdida irreparable que me producía imaginarme que el secarral de mierda donde vivo estuvo alguna vez cubierto de tupidos bosques, sino por la ardilla en sí misma: me imaginaba a la ardillita, con su cara de ardillita triste, dirigiendo su mirada miope de ardillita triste hacia un mundo desarbolado que ya no le pertenece y me daba mucha pena.

Hace tiempo, quise buscar la cita de Estrabón original: cuáles fueron sus palabras exactas con relación a la ardilla, los bosques, Gibraltar, los Pirineos… pero no la encontré. No la encontré porque Estrabón nunca dijo nada ni tan siquiera parecido. Es una cita apócrifa y el verdadero autor de la misma es nada menos que Félix Rodríguez de la Fuente. El capítulo 1 de El Hombre y la Tierra, arranca diciendo que el historiador (en realidad era geógrafo) romano (era griego) Estrabón decía eso (y en realidad nunca lo dijo).

El naturalista que divulgó la sensibilidad medioambiental en este país de Toro de Vega, Correfocs y Toreros Tuertos, se lo sacó todo de la manga. Pero aún así pasó al acervo popular y, al menos, ha servido para difundir la conciencia ecológica.

Lo que sí encontré, leyendo textos clásicos, es una cita de Plinio el Viejo que viene a decir que los montes de Hispania eran tan secos y áridos, y crecía tan poca cosa en ellos, “que no tenían más remedio que ser ricos en minerales”.

En realidad, no sé que me da más pena, si pensar que esto alguna vez fue tan verde que una ardilla podía cruzar el país de árbol en árbol o pensar que nunca lo fue.

Por cierto, Estrabón nunca estuvo en Hispania. Plinio el Viejo sí. Era un geógrafo riguroso que acabó muriendo, asfixiado, en los alrededores de Pompeya, durante la erupción del Vesubio. Estaba fascinado con el fenómeno volcánico y, desoyendo los consejos, no se quiso alejar porque quería observar todos los detalles y dejar constancia.

¿Qué quiero decir con todo esto? ¿Qué demasiada realidad mata y que una pequeña trola puede contribuir a mejorar el mundo? Yo que sé. Sólo sé que pienso en la Ardilla de Estrabón, y en los árboles, y en la muerte de Plinio el Viejo y me da mucha pena todo.

sábado, 1 de octubre de 2011

Tango suicida

Tango Suicida (Extremoduro)



Sangre negra de esta herida brota.
No dejo de pensar
que te dejé marchar.
Nunca había estado un alma tan rota:
desde que tú no estás, no quiere recordar.

Se pasó una vida entera y yo solo guardo el recuerdo de unas pocas horas.
Era primavera y el sol salió ese día por ponerse a tu vera.
Y el olor de un día de enero, estribadito en tu agujero, sigue en mi cabeza.
Y un verano, juntos de la mano, de pasar la noche fuera.

Ya todo el año me hace daño y me vuelvo a llevar a patadas con la primavera,
y junto a las hojas que el otoño vino a derribar, me dejé llevar, me dejé llevar.

¿Qué te corre por las venas que te noto que te falta nena, temperatura?
que algo te hiela, eso me apura, toma una vela.
Deja que te diga, nena, que lo nuestro no es equitativo;
todas las noches que estoy contigo, tú eres quien come, y yo soy comido.

Deja que te diga la razón, si tu imaginación
no encuentra una sola respuesta.
Tú deja que te claven un arpón justo en el corazón,
así lo mismo te contesta.
Morir, sin más, pues nadie me ha venido a despertar,
¡no está!, me abrí y nadie me ha venido a despedir.

Sin nada mejor que andar por dentro hurgándome. 
Sin nada mejor que hacer,
tostándome al sol, hurgando en el recuerdo y
no lo entiendo mejor que ayer.

-Dinos qué te pasa. -Estoy jodido,
perdí la conciencia,
y ahora busco siempre sumergido
en montones de mierda.

-¿No ha dormido bien el señorito?
-Iros a la mierda.
-¿Qué no se acostumbra a estar solito en esa cabeza?

Dices que te hago daño ¿Es que no entiendes que te extraño a mi manera?
ya que preguntas, pa' ahogar mis penas,
me fui de putas la noche entera.

Dijiste que nunca mintiera, que dijera la verdad aunque duela
¿Por qué me miras
de esa manera?
Después te fuiste y "adiós muy buenas"

Deja que te diga la razón […]

Hoy noto que no, que no me da la gana, y una vida doy por saber
si un mundo mejor esta esperándome mañana.
Un mundo mejor que ayer.

Anda y cuéntale a tu diosecito,
que aquí huele a mierda.
Y dijo Judas: "solo necesito
un trozo de cuerda."