jueves, 26 de noviembre de 2009

Morir por miedo a ser expulsado

Kadero es un inmigrante argelino que se ahogó en la Ría de Bilbao hace dos semanas cuando huía de la policía. La policía buscaba a un atracador y él salió huyendo porque no tenía papeles y terminó saltando al Nervión cuando se vio acorralado. Acababa de llegar en patera. Encima varios periódicos, citando a la policía, relataron la historia como: "Desaparece en la Ría un atracador magrebí cuando huía de la policía" y, diez días después, "Aparece el cadáver del atracador magrebí que se tiró a la ría". (Más o menos). Ese mismo día, un portavoz de la policía reconoció que Kadero no era el sospechoso que buscaban... pero que, en todo caso, su actitud (huir de la policía), les pareció sospechosa en sí misma, (parece que eso justifica que la Ertzaintza se pasase por el forro su presunción de inocencia).

Hoy El Correo (el periódico que lee el 70% de la gente en Vizcaya) saca una denuncia indignada del PNV: alguien en las comunidades autónomas adonde llegan las pateras paga billetes de autobús a sus ocupantes para que se vayan a Euskadi. El País saca la historia de cómo uno de esos recién llegados, Kadero, encontró la muerte en Bilbao a consecuencia de un proceder policial que es consecuencia de una Ley de Extranjería que es consecuencia de las peticiones populares de mano dura contra los inmigrantes irregulares.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Euskadi para extraterrestres


Artículo extraído de la 5475ª edición corregida de la Guía del Autoestopista Galáctico


En el momento de escribir esto, perduraba entre los terrícolas una despiadada disputa acerca de si Euskadi es un territorio al norte de España o si es un territorio en el norte de España. Esta discusión por algo tan nimio como una preposición ha causado a lo largo de las últimas décadas asesinatos, bombardeos, secuestros, coacciones, procesos judiciales absurdos y probablemente interminables, injurias, calumnias, fuga de cerebros, éxodo rural, motines, insultos, persecuciones, bulling, mobbing y trecking, exilios, insultos, amenazas, giraldillas proamnistía, campañas periodístico-propagandísticas, plan Ibarretxe, xenofobia, tertulias, cortes de pelo peculiares, silencios tensos en los bares, extorsión, pintadas, boicots a Eroski, quemas de banderas y cierta sensación de hastío. Todo ello, repetimos, por el uso de una u otra preposición. Eso demuestra a las claras hasta que punto es importante para los terrícolas, y en particular para los vascos, la política lingüística.

Los vascos son un pueblo humano valeroso y orgulloso de sus costumbres y que, desde tiempos inmemoriales, habita entre la cornisa cantábrica y los pirineos. A lo largo de los milenios, han transigido con diferentes imperios a cambio de que se les reconociera una serie de derechos especiales. Cuando el Imperio Español dejo de serlo y se convirtió en España a secas, decidió homogeneizar los derechos de todos sus habitantes, cosa que no hizo especial gracia a los vascos, que se las ingeniaron para desatar la primera guerra civil entre españoles, la 1ª Guerra Carlista, con el principal objetivo de recuperar sus derechos especiales. Setenta años después y tras perder la 3ª Guerra Carlista, los vascos llegaron a la conclusión de que no eran españoles y no necesitaban a nadie más para seguir peleando por sus derechos especiales. A este ejercicio de deontología en la batalla, admirable, aunque cuestionable desde el punto de vista meramente estratégico, se le llamó nacionalismo vasco.

La difícil relación entre los vascos y los españoles ha llegado a tal punto de tensión que los líderes vascos reciben a los españoles con evidentes muestras de hostilidad. Cada vez que uno de los segundos pone pie en la tierra de los vascos, es recibido por lehendakari (líder de todas las tribus vascas) acompañado de uno o varios guerreros que le hacen una exhibición de una mortífera arte marcial denominada aurresku. Esta demostración de fuerza sirve para dejar claro al líder extranjero que cualquier vasco puede arrearte una rápida patada en el mentón casi sin moverse del sitio ni impulsarse y, como no lo vas a ver venir, más te vale no andar tocando las narices. Otro acto de bienvenida marcial de incluso mayor contenido intimidatorio incluye una espada. Otros actos marciales e intimidatorios, pero desprovistos del carácter de salutación, son: el levantamiento de piedras inusualmente pesadas, el cortado ultrarrápido de troncos, una extraña exhibición acrobática que incluye a) gansos muertos, b) una soga, c) barcos y d) alcohol, y, finalmente, la quema de autobuses.

Sin embargo, NO SE ASUSTE: los vascos son, por lo general, hospitalarios y afables con los extraños. Si usted tiene una forma no humanoide o si dispone de órganos de los que los humanos suelen carecer, tales como tentáculos, pares adicionales de brazos o antenas o si, por último, usted es de color verde o violeta, y teme, por lo tanto, ser rechazado por los nativos a causa de su aspecto, diga simplemente que usted proviene de un planeta pequeño pero hermoso y adelantado que está sometido miserablemente por otro planeta más grande, pero tercermundista. Los vascos le acogerán como uno más entre ellos y le invitarán a cerveza y pintxos en abundancia.

Los pintxos son, por cierto, una de las tres principales aportaciones de los vascos a la Galaxia. No deje de atiborrarse de pintxos si va a Euskadi. Hemos de avisar, no obstante, que si usted es un cefaloscoide heptópodo de las lunas de Mu Arae Gamma quizá encuentre los pintxos de txipis y de calamares un tanto ofensivos. “¡Holocausto!” y “¡cefaloscoidofagia!” son dos palabras que suelen exclamar los habitantes de las lunas de Mu Arae Gamma al conocer la preparación de estos pequeños platos por otra parte excelentes.

Por el contrario, la cerveza (una de las tres mejores cosas que los humanos han dado a la Galaxia) se sirve de una manera lamentable en Euskadi.

Los vascos hablan un idioma propio, el euskera, que no se habla en ningún sitio más del planeta tierra y sólo en dos puntos más en toda la Vía Lactea. En su día a día, los vascos hablan algo parecido al castellano (sólo que sin subjuntivos y añadiendo “pues!” al final de cada frase), pero cambian a euskera cuando hay españoles cerca, para hacerles la puñeta. A continuación va un poco de vocabulario básico del euskera para extraterrestres.

- Venimos en son de paz: Gure armagintza zuen tiragoma primitiboak baino hobeto da.
- Llévennos a su líder: Patxi Lopez espainol madarikatua ikusten nahi dugu, baina aurreskurik ezer, mesedez.
- Estamos interesados en intercambiar información genética sobre nuestra especie y la vuestra: Larrua jo nahi dugu zuen gizonarekin / emakumearekin.
- Buenos días: egun on.
- Buenas noches: egun off.

Menos de un 0,05% de los humanos es vasco, lo cual contrasta ampliamente con el hecho de que un 20% de los humanos sean chinos. Pese a esto, no todos los vascos están seguros de serlo y otros que sí lo están dudan de que algunos de sus vecinos vascos lo sean realmente. Hemos observado que la condición de vasco, a diferencia de la de chino, puede permitir cierta gradación, de menos vasco a más vasco. Decho, las encuestas muestran que un 25% de los navarros y un 14% de los pterococos de Alfa Centauri D se sienten “algo vascos”.

La principal diferencia de los vascos con el resto de humanos –y, en especial, con los españoles- es su desmedida pasión por el deporte: pelotamano, fútbol, regatas, herri kirolak, trecking, puenting, rafting, footing, gaupasa, ciclismo, alpinismo, atletismo, comunismo… Los vascos acabarán con su gran problema de dependencia energética el día que los humanos inventen la transmisión inalámbrica de la electricidad, ya que se estima que la energía que cada día producen sus deportivos habitantes, convenientemente aprovechada, podría iluminar una ciudad andromediana de tamaño pequeño (unos 25 millones de habitantes).

El mejor lugar para aterrizar su OVNI sin despertar sospechas y sin ser visto es en pleno centro de Bilbao durante un partido del Athletic o en pleno centro de Bilbao durante la Aste Nagusia. (En este último caso, la gente le verá, pero no lo recordará al día siguiente).

Principales lugares para visitar: Kursaal y Parte Vieja, en San Sebastián, Casco Medieval en Vitoria y Termibus en Bilbao (gran interés desde el punto de vista de la zoología humana). Alguna gente recomienda también el Guggenheim, en Bilbao, sobre todo por el perro de 15 metros... pero, en opinión de este redactor no merece la pena viajar para ver algo que ya tienes en tu planeta.

Por cierto, las otras dos mejores cosas que ha dado Euskadi al universo son las prendas de Goretex y los pimientos de Gernika. Los lápices HB no juegan en esa liga porque recientemente se ha descubierto que no son vascos.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Fotos poco afortunadas

El pasado fin de semana, la imagen de Francisco Camps, presidente de la Comunitat Valenciana conduciendo un Ferrari en el que también estaban montados Rita Barberá, Fernando Alonso y el director de la Scuderia Ferrari. Parece el chiste ese de ¿quien conduce?, pero no, no era la policía. Era Paco Camps.

La foto desató una gran polémica, porque, para empezar, mientras se la hacía Camps, el resto de líderes regionales del PP excepto Esperanza Aguirre estaban en una cosa bastante más seria, un congreso del partido... y luego, porque, bueno, resultaba divertida al mismo tiempo que de una obscena desfachatez, teniendo en cuenta la afición de los líderes del PP valenciano por los coches deportivos y los dolores de cabeza que ésta les ha traído.

Un par de semanas antes, el servicio de prensa de la Comunidad de Madrid, hizo circular entre los periodistas otra foto que también tenía un pequeño detalle desafortunado y divertido a partes iguales. 




La imagen es de la presentación en Italia de una muestra de cine producido en Madrid y en ella, de izquierda a derecha, tenemos al gran Álex de la Iglesia, cineasta y director de la academia de cine, a la no menos genial Carmen Maura y a Ignacio González, vicepresidente del gobierno autonómico de Madrid, gobierno para el que no tengo adjetivos que no rebasen la línea entre libertad de expresión y el delito de injurias.

martes, 3 de noviembre de 2009

Personaje

La palabra personaje, utilizada como epíteto para descalificar a alguien, tiene un amplio rango de significados en nuestra hermosa lengua. En un extremo de ese espectro de significados insultantes puede querer decir que alguien es simplemente escéntrico, como lo son algunos protagonistas de obras de ficción. En el otro extremo puede querer decir algo así como "Oh, Dios mío, no me puedo creer que alguien tan hijo de puta exista en la vida real". En ambos casos diríamos "menudo personaje".

Hay personas que habitan en nuestro mundo, en la vida real, y que, en efecto, son personajes en la segunda acepción del término. Solemos pensar que son seres absolutamente negativos y que no podremos sacar nunca nada positivo de nuestra forzosa relación con ellos. Más bien todo lo contrario: nos joderán la vida en cuanto tengan la más mínima posibilidad para poder hacerlo.

Excepto en esto último, nos equivocamos en todo.

Tengo un amigo que tiene un superior que es todo un personaje en la segunda acepción del término. Mi amigo estaba bastante amargado hasta que el otro día llegó a una brillante conclusión:
"Si alguna vez decido escribir una novela, él será un personaje en ella. No tendrá, por supuesto, un papel protagónico, ni siquera como antagonista, porque, por su caracter extremadamente abyecto, sería imposible situarle en el centro de la narración sin que al eventual lector le entrasen náuseas, (Ignatius Reilly a su lado sería Mikael Blonkvist), pero si que haría un excelente papel de secundario innecesariamente cruel que introduciría una gran tensión dramática en la narración. Obviamente, como la mayoría de elementos que generan suspense en las novelas, se terminaría quedando en nada. La crítica alabaría mi inventiva y el gran cuidado puesto a la hora de definir un carácter tan asqueroso y retorcido para un personaje meramente colateral y que termina desapareciendo sin pena ni gloria y para siempre al pasar unas cuantas páginas".