domingo, 2 de agosto de 2009

Una imagen vale más que mil palabras



La verdad es que no sé qué decir del tema… todo lo que diga me suena manido y viejo. Y obvio, a estas alturas. Pero el caso que hace falta decir algo.

Ayer vi esta pintada -existe de verdad, no es un fotomontaje- y pensé aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Está en una empalizada en el Pagasarri, la sierra que se levanta al sur de Bilbao. Me parece de una brutal honestidad. Su autor demuestra una capacidad de autocompresión apabullante. Observen que color rojo más bien escogido. Y qué churretes sanguinolentos. No sé si es buscado o no, la verdad, pero como icono representa increíblemente bien lo que es ETA y la gente que les apoya.

jueves, 30 de julio de 2009

La censura

"Voy a pedir quién eres para evitar que vengas a este ministerio"



Visto en escolar.net

Los periodistas solemos enfrentarnos a muchos parapetos, que intentan que, "en la medida de lo posible", no accedamos a determinadas informaciones. En Tª de la Comunicación se les denomina gate keepers (porteros). Pero lo de ese tipo es exagerado, la verdad. La 2 ha hecho muy bien en emitirlo y el PSOE haría muy bien en darle a este hombre un trabajo más adecuado a sus habilidades. Por ejemplo, de gate keeper en la puerta de Ferraz.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Rifirrafe/Trabajo/periodista/TVE/elpepusoc/20090730elpepusoc_7/Tes

lunes, 27 de julio de 2009

Peces gordos en estanque pequeño

En euskera "muchísimos" o "un montón" se dice hamaikabat. Es uan expresión coloquial que literalmente significa "once y uno". Hamaikabat (H1!) es la denominación del partido político escindido de Eusko Alkartasuna (EA) que, en principio, se llamaba Alkarbide.

Los dos partidos políticos que en las pasadas elecciones vascas se quedaron en un solo diputado autonómico, EA (socialdemócratas abertzales) y Esker Batua (EB, filial de IU, poscomunistas) se han escindido, asimismo, en dos partidos cada uno. El sector crítico de EB se largó y formaron Alternatiba Eraikitzen (construyendo alternativa).

Aralar, partido socialista y abertzale que se escindió de Batasuna por la negativa de esta última formación a condenar la violencia de ETA cosechó un excelente resultado en las pasadas elecciones dada su corta trayectoria: cuatro diputados. También se ha escindido. La semana pasada el sector crítico, Irauli, dijo que se largaba y formaba otro partido.

Seguro que alguien se está acordando ahora de La vida de Brian y del Frente Popular de Liberación de Judea.

La primera conclusión que se me ocurre es que la fuerza centrífuga que desata la escisión es inversamente proporcional a lo gordo que es el partido: los desertores de Aralar son la cuarta parte de los de EA y EB. Y en los partidos grandes --PNV, PSE, PP-- no tienen mucha pinta de que vayan a dividirse.

También tengo una hipótesis sobre la gran capacidad que tiene la izquierda y en particular la izquierda vasca de conseguir encontrar caminos todavía más estrechos en política. Realmente es una idea bastante vieja y no es mía, es la misma idea que se explica tan bien en la película Big Fish de que más vale ser un pez gordo en un estanque pequeño.

Dicho de otra forma: más gordo es el pez cuanto más pequeño es el estanque. Uno de los factores por los cuales la gente se mete en política es el poder --algunos lo hacen por el dinero, concedido--, pero yo quiero hablar del poder y de cómo influye en que los que se sienten relegados de la toma de decisiones se larguen. Ponerse de acuerdo con otros es un rollo y no sirve para nada más que para que se diluya tu esencia entre la multitud: mejor irte y montar otro cotarro donde los que mandéis seáis tú y tus cuatro amigos.

Y por qué digo "la izquierda vasca en particular".

Porque la sociedad vasca en general es un ejemplo de como es mejor vivir en un estanque pequeño que en uno grande en términos de poder individual. Euskadi tiene 2,1 millones de habitantes, un tercio de la población de Madrid. Y tiene cuatro veces más instituciones de gobierno -Gobierno autonómico y tres diputaciones-, como el triple de medios de comunicación de ámbito local, públicos y privados, y, desde luego, muchos más partidos políticos.

3x4=12. Calculo que es como 12 veces más fácil en Euskadi que en Madrid conocer a alguien metido en la política, los medios de comunicación o el alto funcionariado. O ser tú mismo ese alguien. Si hasta yo, que no pinto absolutamente nada aquí, he salido en una tertulia de la tele.*

¿De qué nos sirve a los madrileños ser 6,27 millones? De mucho en términos electorales -ya que masivamente votamos a determinados imbéciles-, pero de nada, en términos de sentirte individualmente una parte importante de la sociedad. Un político nacionalista, no recuerdo quien, decía que ser vasco es una responsabilidad. Y es verdad: son pocos --aquí mas de once son multitud-- y tienen que hacer un ejercicio de responsabilidad individual para mantener las características de su sociedad. (O para hacer que esa sociedad se parezca a lo que tú crees que debe ser la sociedad). Hay mucha más militancia, grupos de presión, asociacionismo vecinal... aquí que en Madrid.

Y todo ese esfuerzo es gratificante. Sentirte influyente es gratificante. Y sentirte poderoso, si tienes especial inclinación hacia el poder, debe de ser ya la hostia. Por eso es, creo yo, que la mayoría de los vascos no quiere que les cambien del estanque pequeño a un estanque más grande. (Y mucho menos los que están metidos en política).
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* NOTA: La única copia del vídeo de ese programa me la regaló el presentador antes de irse a vivir a Chile y ahora está guardada bajo siete llaves --que me he tragado sucesivamente-- dentro de un cofre enterrado en el fondo de una sima de una isla que no sale en ningún mapa... por lo que nadie lo va a ver nunca. Lo siento.

NOTA 2.: Esta parrafada va dedicada a ese que decía que actualizo menos que el software de un botijo (jaja). Y tengo otra para dentro de poco.

miércoles, 8 de julio de 2009

I believe in Michael



Llevaba días buscando esta imagen. Es un detalle que alguien (no sé quien) tomó con su móvil de las camisetas con las que Proyecto Kostradamus tocó en Alcalá de Henares a mediados de 2005. Era la época del juicio a Michael Jackson y nosotros nos subimos al escenario con mascarillas tapándonos la cara, sombrero y estas camisetas en las cuales ponía I BELIEVE IN MICHAEL, arriba. Abajo (no se ve) tenían otra leyenda: NEVERLAND IS NOT USA.

No lo hicimos de cachondeo, eh. En la trayectoria del grupo hemos hecho muchas cosas de cachondeo --entre otras muchas: ponernos caretas de Rajoy, Esperanza Aguirre y Parro (el alcalde de Móstoles), vestirnos de algo entre KKK y cofrades de Semana Santa, poner la sintonía de Cosas de Casa en un concierto mientras hacíamos que tocábamos, dedicar a Rocío Jurado un minuto de silencio cuando murió, intentar tocar Rasputin de Boney M en versión punk-- pero esto iba en serio: creíamos (y creemos) en Michael. En su inocencia. Michael podía ser un tipo raro, pero su equívoco comportamiento hacia los niños no escondía malas intenciones. ¿Qué cómo lo sé? No lo sé: es cuestión de fe.

Ustedes dirán que vaya afán de protagonismo, hablando de mi grupo. Pues sí, algo de eso hay... aunque, primero de todo, yo ya no toco en ese grupo. Por otro lado, llevaba días queriendo comentar la muerte del más grande del pop de una manera que no sonase tópica y se me ocurrió contar este episodio. Vaya como homenaje. Q. E. P. D.

jueves, 2 de julio de 2009

Y no dejamos de reírnos

AGREDEN A LOS LENDAKARIS MUERTOS EN MADRID
Hay gente
que, como los dirigentes de la AVT, no se toma muy bien eso de la ironía. (...) el pasado sábado los Lendakaris Muertos actuaron en un CSO de Madrid y --alguno eso de leer o saber escuchar y comprender, como que lo desconoce-- durante el concierto el vocalista sufrió el impacto de una lata. A pesar de la herida, el grupo siguió actuando. Pero la cosa se puso fea cuando llego el tema de “Gora España”. Justo cuando el cantante se puso la camiseta de la selección española, todo un héroe de la lucha antifascista se subió al escenario y la emprendió a golpes con el grupo. En fin, ¿Quién es el fascista ahora?




Fuente Marea Rock: http://www.marearock.com/noticias.php?out=ver_noticia&id=1861

Los que me leéis, sabéis que Lendakaris Muertos es uno de mis grupos favoritos, más que por la música, por su actitud, y por su auténtico espíritu punk. Porque el punk, entre otras cosas, es reirse de todos y no casarse con nadie. Que a esta gente les hayan quemado la lonja donde ensayan en Pamplona varias veces, que les lluevan todo tipo de objetos cuando tocan en determinados sitios o que ahora un superguerrero antifascista les haya partido la cara es muy lamentable, pero no hace otra cosa que darles la razón. Lendakaris Muertos tienen razón y hacen muy bien riéndose de Euskal Herria, de España, de los antifas y de todos los preconceptos que necesitan los cenutrios subnormales --como el imbécil que se ha liado a hostias con ellos-- para no sentirse perdidos y desubicados en un mundo que sus mentes atrofiadas no pueden comprender.

El punk es eso, provocación: que los idiotas empiecen a sospechar que lo son y se pongan nerviosos. En este caso punk y sensatez sí van de la mano. Muchos llevábamos tiempo preguntándonos qué sentido tiene exactamente que en las okupas de Madrid te peguen si llevas parafernalia nacionalista española (en la Casika de Móstoles pegaron a un pobre chaval que llevaba una gorra de Fernando Alonso porque tenía una mínima bandera de España impresa) y que te hagan felaciones si vas envuelto en una ikurriña. ¿Qué sentido tiene que la izquierda alternativa de la España castellanoparlante proscriba el uso de la palabra España y la exhibición de sus símbolos y luego le haga el caldo gordo a los nacionalismos periféricos?

Pues ya os lo digo yo: ninguno. Si queréis lo discutimos, porque yo estoy seguro y tengo argumentos de que unos y otros son los mismos aldeanos con distintas boinas/txapelas/barretinas. Y unos y otros han hecho mucho daño.

Los que nos reímos (y sólo nos reímos, no reprimimos, ni amenazamos, ni somos cómplices de nada ni de nadie) tenemos razón, porque la risa es salud. Y los que nos pegan y nos amenazan si nos reímos, no la tienen: sus utopías dejan de ser deseables en el momento que suponen borrarle la sonrisa a otros, amenazando, pegando o disparando.

Así que, aquí va una de risa. No estoy de acuerdo con la ilegalización de ningún partido, pero la cabezonería e insensibilidad al dolor ajeno de algunos merecen ser objeto de mofa.

Manel Fontdevila, en Público, sobre la sentencia del Tribunal de DD HH de Estrasburgo dando la razón a The Kingdom of Spain en el caso del pueblo contra Batasuna.

* "Y no dejamos de reírnos" era uno de los esloganes de Eskorbuto. Un grupo que también tocó mucho las narices a algunos.