viernes, 28 de mayo de 2010

Capitalismo para extraterrestres

Artículo extraído de la 5475ª edición corregida de la Guía del Autoestopista Galáctico

Capitalismo: El capitalismo es un sistema económico por el cual los tontos entregan la plusvalía de su trabajo a los malvados. Los malvados acumulan todo el dinero y los tontos, el trabajo y, a veces, ni eso.


El capitalismo es actualmente el sistema económico predominante en el Planeta Tierra, de lo que se deduce que la inmensa mayoría de la población de la Tierra es o bien tonta, o bien malvada. O bien ambas cosas a la vez. [Ver art. "Cómo conquistar el Planeta Tierra en menos de siete minutos"]

La población de las sociedades terrícolas que se rigen por la economía capitalista está estratificada en tres clases sociales: los tontos, los malvados y los tontos malvados, también llamados pequeños burgueses.

Reforma del capitalismo: Muchas veces a lo largo de los últimos siglos se ha extendido la noción entre los terrícolas de que es necesario cambiar el sistema capitalista, bien por la vía de la revolución, bien por la vía de la reforma. Es esta última consideración la que actualmente está más extendida. La reforma del capitalismo está condenada al fracaso porque, aunque muy muy poca gente en el Planeta Tierra sale ganando de verdad con el sistema capitalista, es exactamente la misma gente que tiene en su mano la potestad de cambiarlo o no.

Sin embargo, NO SE ASUSTE. Aunque el sistema capitalista pueda parecer especialmente despiadado para los terrícolas, ofrece una serie de ventajas notables para cualquier extraterrestre que decida hacer turismo en el sucio y ridículamente pequeño (aunque levemente exótico) Planeta Tierra. La mayoría del dinero terrícola no es físico, sino que reside en forma digital en sistemas informáticos primitivos absurdamente fáciles de piratear. Le resultará pasmosamente sencillo añadir una serie de ceros tan larga como usted desee al final de su saldo bancario [Ver art. "Sin noticias de Gurb"]. Con el suficiente dinero, a nadie en la Tierra le importará si usted tiene una forma no humanoide o si dispone de órganos de los que los humanos suelen carecer, tales como tentáculos, pares adicionales de brazos o antenas o si, por último, usted es de color verde o violeta.

A Douglas Adams, in memoriam

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