"Todos los animales son iguales. Pero algunos animales son más iguales que otros". --George Orwell en Rebelión en la granja.
La prensa británica ha bautizado como "defensa Animal Farm" o defensa Rebelión en la granja la estrategia de los abogados de Silvio Berlusconi en el juicio en el que se ha tumbado el Laudo Alfano, la Ley creada ex profeso para que el primer ministro italiano no pudiera ser sometido a juicio. Los abogados de Berlusconi argumentaban que, si bien la Ley es igual para todos, su aplicación puede diferir según la importancia de la persona. Todos somos iguales, pero algunos más que otros.
La prensa española también ha llamado la atención sobre el argumento orweliano de la defensa del Cavaliere, pero muy pocos han hecho el sencillo ejercicio de derecho comparado de confrontar el caso italiano con el español. Si alguno se ha llevado las manos a la cabeza con el hecho de que en Italia hubiese una Ley que impedía juzgar al primer ministro --Ley que ahora el Constitucional del país transalpino ha derogado--, debería escandalizarse aún más por el hecho de que en España es la propia Constitución la que dice que algunos son más iguales que otros. Según la norma fundamental, el Rey, jefe del Estado es irresponsable. (Vaya novedad, diréis). Quiere decirse irresponsable penalmente. Juan Carlos Borbón Borbón, cuyo nombre artístico es Juan Carlos I, no puede ser procesado judicialmente. Es el único de nosotros que no tiene que responder de sus actos ante la justicia. Joder. Imaginaos el caso hipotético de que, no sé, cogiese una escopeta y matase a alguien...
El caso es que Juan Carlos es como el protagonista de Rebelión en la granja. (Un cer...).