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domingo, 2 de noviembre de 2008

Cultura para el pueblo!

No todas las personas o cosas son compatibles unas con otras. Por ejemplo los archivos .wma no valen para el iPod y es necesario un programa para convertirlos de un formato al otro. Igual pasa con la Reina Sofía, que como venía en formato ortodoxo, hubo que pasarla a católica para que se pudiera casar con el Rey Juan Carlos.

Me temo que el sitio donde yo vivo no es compatible con el arte contemporáneo. Por desgracia.

El pasado 2 de Mayo la Comunidad de Madrid inauguró por todo lo alto el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) en la Avenida de la Constitución de Móstoles. Hoy me he enterado por el Blog de mi paisana y colega Paloma Ortiz que el flamante museo recibió 18.000 visitas desde su inauguración hasta septiembre.

Teniendo en cuenta que 10.000 de estas visitas se produjeron durante el fin de semana de la inauguración, tenemos una cifra de menos de 3.000 visitas al mes durante los cuatro meses siguientes a la apertura. Una cifra muy modesta comparada con la inversión regional (12’2 millones de euros) y la ambición con la que se ha construido este centro. El CA2M acoge la colección de arte moderno de la Comunidad (1.300 obras), amén de exposiciones temporales, y está dirigido por el prestigioso galerista Ferrán Barenblit, exdirector del Centre d'Art Santa Mònica de Barcelona.

Simplemente para hacernos una idea, el Caixa Forum del Paseo del Prado recibió un millón de visitas en sus siete primeros meses de funcionamiento.

Realmente, no hacen falta estadísticas para ver que el CA2M está vacío. Estuvimos hace un par de meses y había más azafatas que visitantes. Lo que es una auténtica lástima, porque está bastante bien: es una exposición pequeña para lo enorme del edificio pero con fondos de calidad y un buen planteamiento como Museo.

Creo que es ocioso intentar explicar porqué no va más gente a este museo. A ver. ¿Realmente alguien creía que una galería de arte contemporáneo iba a tener éxito en Móstoles?

Lo digo, de verdad, sin ningún ánimo de ofender a nadie, porque, para empezar, yo soy de Móstoles.

La Comunidad de Madrid, dice, en la web del CA2M lo siguiente:

El centro responde a la voluntad de la Comunidad de Madrid de crear infraestructuras culturales, no solamente en la capital, sino también en los municipios de la periferia, especialmente en aquellas poblaciones en las que se concentra la población más joven y está destinado no sólo al público del sur de la región, sino a un sector más amplio local, autonómico, nacional e internacional.

Cosa que está muy bien, por supuesto. Yo soy el primero que creo en la ciudad policéntrica. Pero también creo que Móstoles necesita muchas cosas más antes que este museo para convertirse en un polo de atracción: necesita centros de trabajo, necesita una cultura de base, puntos de reunión

Móstoles a día de hoy no es que no atraiga. Es que ejerce una poderosa fuerza centrífuga sobre determinada gente. Casi todos mis amigos del barrio que han estudiado en la Universidad se han ido. Sigo sin querer ofender: simplemente es que es así.

Un sitio como el CA2M funcionaría seguro en Madrid. Incluso en Alcobendas, Alcalá o Getafe. Pero en Móstoles falta la base. No se puede empezar la casa por el tejado… al menos si es verdad que se quiere que haya un diálogo entre la cultura y la ciudad (como creo que dijo Barenblit).

Por no tener, no tenemos ni cine. Tenemos un museo de arte moderno y un festival de cine y no tenemos una sala comercial de cine... ¿soy el único que creo que algo falla aquí? Quieren imponer cultura de élite en un sitio donde no hay cultura popular.

La casona

En ninguna ciudad de 200.000 habitantes, periférica y de clase obrera, habrá nunca un público masivo para el arte contemporáneo... sobretodo si se han descuidado todas las demás expresiones de cultura más populares. Pero el CA2M no dialoga con Móstoles por otra razón, además: porque nació de espaldas a él.

El edificio donde se ubica es un claro ejemplo de esta bonita parábola de Azagra.



















El Ayuntamiento le dijo a los mostoleños que lo que se iba a hacer era restaurar La Casona, una antigua casa de labor castellana del s. XIX. Un inmueble que tenía un innegable valor histórico y languidecía en el solar donde ahora se levanta el CA2M.

Pero al poco de comenzar las obras mucha gente descubrió con horror que de la Casona no dejaban nada más que la fachada, tras una laboriosa demolición técnica. Y que luego, esa misma fachada era ocultada tras unas planchas de un material traslúcido. (ver foto).

Desilusión: muchos esperaban que el Museo que ahí se construía fuese a albergar trillos y tinajas y un escenario para bailes regionales, -en consonancia con la idea de restauración de la Casona que el Alcalde Esteban Parro aireó cuando ganó sus primeras elecciones hace 5 años-, y se encontraron con... ¡arte contemporáneo!

Por supuesto que sé que aporta mucho más un centro de arte contemporáneo que la antedicha mierda folklórica; pero, coño, no cuesta nada, ya que te has gastado 12’2 millones de euros, explicar un poco de que va la vaina a la gente. Cuando se abrió se gastó abundante papel en pasquines y fin de la historia. Desde entonces no he visto un solo cartel en la ciudad explicando que es lo que se expone en el Museo.

Volviendo al principio, habría que haber aplicado un programa para compatibilizar a la gente de Móstoles con su museo. Y no me vale que el supermuseo CA2M sea gratis. Hay otras muchas barreras que dificultan el acceso a la cultura. Ojalá se gastase en derribarlas la décima parte de lo que se gastó en derribar la Casona.

sábado, 3 de mayo de 2008

Estábamos mejor con los franceses

Ayer fue Dos de Mayo y no un Dos de Mayo cualquiera. Fieles a la tradición de conmemorar el equis aniversario de algo cada mes, nuestros bienamados líderes no podían dejar escapar el 200 aniversario de este evento para apropiarse de él e intentar reescribir la historia.

Manel Fontdevila en Público



He vivido la mayor parte de mi vida en la avenida Dos de Mayo de Móstoles, así que esta festividad me toca cerca. Y hasta hace poco hacía gracia… me parecía muy saludable que se celebrara la rebeldía del pueblo en armas contra los franceses. Pero se acabó. A partir de este momento me declaro afrancesado. No quiero saber nada más ni de Andrés Torrejón, ni de Manuela Malasaña, ni de Daoiz, ni de Velarde.

Estoy seguro de que estos tipos en persona no eran mala gente. Pero la Fundación Dos de Mayo, Nación y Libertad (pseudónimo con que el gobierno de la Comunidad de Madrid firma sus trabajos en el campo del revisionismo histórico) les ha traído desde el mundo de los muertos convertidos en unos monstruos de Frankenstein que me dan tanto miedo como el nombre de la antedicha institución.

Verdadero pavor tengo. Esperanza Aguirre dice “que estos hombres y mujeres que lucharon y murieron [el 2 de mayo de 1808] sabían muy bien que eran españoles y no tenían dudas de los que era España. […] Sabían que España era una nación muy antigua, sabían que España era su patria y sabían que compartían una cultura, unos valores y una creencias con los otros doce millones de los entonces españoles”.

Me da miedo porque la manipulación de la historia y la mentira deliberada aplicada a los momentos fundacionales de la identidad nacional están entre las cosas que más daño pueden hacer a la humanidad. Que le pregunten a los alemanes. El lema de la exposición del Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid –“Un pueblo, Una nación”– realmente recuerda a un aforismo alemán de hace 70 años. “Un pueblo, Una nación” es “ein Volk, ein Reich”, en traducción literal. Sólo les falta añadir “ein Fuhrer”.

Pérez Reverte explica muy bien lo que realmente pasó en mayo de 1808 en su artículo publicado en El País “Una intifada de navaja y macetazo” –pese a que luego se haga la foto sonriente con los miembros de la citada fundación y les supervise la exposición–. No fue una rebelión por la nación… ni por ideales elevados. Fue simplemente la rabia de un pueblo hambriento, ignorante y manipulado. Y ese pueblo hubiera hecho bien en descargarla sobre otros antes que sobre los franceses.

Fue la nobleza la que abrió la puerta a los franceses y el rey Fernando VII desde luego no fue el perjudicado de la operación. Y fue otra parte de la nobleza la que, junto con la incipiente burguesía liberal, orquestó la rebelión. La presidenta de la Comunidad de Madrid y Condesa de Montijo haría bien callándose en relación con los héroes del Dos de Mayo, porque mientras el pueblo moría a sangre y fuego en 1808 es harto probable que alguno de sus ancestros estuvieran de vacaciones en Hendaya con el rey felón… o jugando al estratego con vidas humanas desde algún cómodo salón neoclásico.

El final feliz hubiera sido que después de la Guerra de la Independencia no hubiera habido restauración monárquica y que la constitución de 1812 hubiera seguido vigente unas cuantas décadas. Pero el pueblo y los liberales al final olvidaron las tropelías del Borbón y de la nobleza. ¿Por qué? Porque no había ni opinión pública, ni sociedad civil ni identidad colectiva, más allá de los (pocos) burgueses. Vamos ninguna de estas cosas que están unidas a la existencia de una nación moderna y que a Esperanza Aguirre, parece ser, se la peinan.

Ojo, yo no digo que no exista la nacionalidad española… pero desde luego ése no fue su momento fundacional. Y sinceramente yo creo que, ya que la Pepa fue un fracaso, hubiéramos estado mejor con los franceses. Anoche salí por el Barrio de Malasaña con una camiseta en la que ponía 'estábamos mejor con los franceses'. Yo esperaba que me cayera alguna galleta, pero recibí bastantes muestras de simpatía, la verdad. ¡Estábamos mejor con los Franceses! gritaban también los miles de jóvenes y no tan jóvenes que intentaban tener la fiesta del 2 de Mayo en paz en una plaza que lleva el mismo nombre y no podían porque hordas de cientos de policías les acosaban continuamente.

En la plaza del Dos de Mayo había un escenario, pero la única actividad que se programó allá fue lo que un amigo mío llama -de forma políticamente poco correcta- teatrillo para viejas. No dejó el Ayuntamiento que se hiciera la tradicional verbena por cuarto año consecutivo. Aunque los vecinos, a través de la asociación del barrio, ACIBU, y de la asamblea del CSO Patio Maravillas intentaron celebrar sus propias fiestas en su barrio.

Teatrillos para viejas y manipulación histórica. ¡Estábamos mejor con los franceses!