"Pero qué bien le hubiesen venido esos Juegos a Madrid, me cago en diez. La ciudad cambiaría definitivamente. Me gusta eso. Mira si seré ingenuo. Pensar que vencería esa atracción permanente y cancerígena por el caos urbanístico, que doblegaría definitivamente a su más preocupante enemigo interior -el peor casticismo- en ese pulso que mantiene sigilosamente entre el bien y el mal. ¿Cómo? Proporcionándonos un baño agradable con espuma de cosmopolitismo definitivo, una limpieza de telarañas mentales, tan dañinas en los cerebros de algunos. Las que se vienen observando desde hace años y que tratan de convertirla en el bastión del nacionalismo españolista más despreciable, simple y revanchista. Ahí está, al acecho. Hace pocos años, se le notaba latente. Ahora resulta escandalosamente evidente. Aunque aquí, en esta ciudad maravillosa que no pregunta a nadie su procedencia, haya sitio para todo Dios, incluso para los cerriles".
Jesús Ruiz Mantilla, en El País. Yo estaba en contra de la candidatura de Madrid a los JJ. OO. De ésta y de la anterior... Bueno, sobre todo al principio... al final ya no sabía ni que pensar y si eso era así es un poco por lo mismo que dice Mantilla. (Que hay que ver que bien lo dice).