Mal empezamos...

Arantza Quiroga, cabeza de lista del PP por Guipúzcoa, será presidenta de la cámara vasca en virtud del acuerdo entre PSE y PP para garantizar la investidura de Patxi López.

Quiroga tiene 35 años, y es cercana al Opus Dei. Tiene cuatro hijos y, en una entrevista entrebestia publicada por El País este fin de semana, decía que ella nunca usaría un preservativo.
Bravo. España regresa a las instituciones vascas y regresa acompañada de sus atributos tradicionales. La derecha española vuelve aquí en el punto en el que lo dejó en 1978. No soy vasco y de lo que pueda pasar dentro de la cabeza de un nacionalista vasco sólo puedo formarme hipótesis (la verdad), pero, vamos… a no ser que se me escape algo, si PSE y PP pretendían ir neutralizando al nacionalismo, no se me ocurre peor comienzo.

Quiroga no habla euskera, pese a que se suponía que eso era una condición necesaria para presidir el Parlamento Vasco (o Eusko Legebiltzarra). Se considera del ala conservadora del PP, muy religiosa, y se ha manifestado en contra del aborto y de algunas políticas de discriminación positiva hacia la mujer. SER Bilbao recuperaba a mediodía un corte de ella de cuando presidía la Comisión de Trabajo y Acción Social en la que venía a decir que a las mujeres hay que valorarlas por sus virtudes y no por cuotas de participación.

Otro disgusto para el lehendakari

Acabo de escuchar en la radio al lehendakari Ibarretxe condenar el atentado que esta mañana ha matado al guardia civil Juan Manuel Piñuel y herido a otros cuatro agentes en la localidad alavesa de Legutio. Lo que voy a decir no es nuevo, ya se ha dicho antes, pero lo voy a suscribir: señor Ibarretxe, no resulta usted nada creíble, condenando el atentado y diciendo “no digas, ETA, que es por la patria o por el pueblo vasco”.

Pero ¿por qué no lo iba a hacer? Si es que es así. A este guardia civil –malagueño con mujer e hijo de ocho años y que había empezado la carrera de derecho– lo han matado por la patria y el pueblo vasco… por el mismo sueño nacionalista que usted tiene. ETA son nacionalistas como usted, tienen el mismo objetivo que usted tiene y, eso sí, ustedes se difieren radicalmente en los métodos.

Ellos son unos desarrapados mezcla de guerrilla bananera y mafia calabresa y usted es un burgués de la capital que se conmueve con la ópera.

Entendido así, no me extraña el tono más molesto que entristecido de su declaración de condena; uno preparando planes super guays, inventándose un folklore y una historia alternativas super chachis… y llegan unos desgraciados y se lían a matar en nombre de esas ideas. ¡Hombre, no… matar está feo! Debe ser una sensación jodida, señor lehendakari. Se levanta por la mañana con esta noticia y vaya cuerpo se le queda…

Supongo que tiene usted la misma sensación de incomodidad que tenía hace poco el alcalde ultraderechista de Verona (Italia) cuando tuvo que condenar los asesinatos de mendigos e inmigrantes cometidos por jóvenes neonazis en su ciudad. O la misma sensación que tendrían los intelectuales maoístas franceses de mayo del ’68 cuando se enteraron, años después, de la que estaba montando Pol Pot en Camboya.

Bueno, ánimo, señor lehendakari… que siempre es muy ingrato el trabajo del iluminado. Y no se sienta usted avergonzado de sus compañeros en la lucha por la liberación nacional; son usted y ellos dos caras de una misma moneda. Eso sí, usted es una cara lustrosa y presentable y la de ellos está llena de mugre, claro.

Además su bello sueño nacionalista del pueblo y la patria vasca independientes –con su banderita, sus propias matrículas, su cartelería con tipografía tradicional, sus clases de trikitixa en las ikastolas, sus policías con uniformes raros… todo cosas más importantes que la vida de un solo individuo– lo justifica todo.

Y si los españoles han matado todo lo que han querido a lo largo de la historia en nombre de España, ¿quiénes son ellos para ahora andar criticando?