martes, 13 de octubre de 2009
La crisis es buena
Y para aquellos que sean funcionarios, militares, pensionistas, mafiosos o asalariados que no se sientan en peligro de perder su empleo, la crisis es buena... porque, debido a la crisis, bajan los precios.
Para el resto:
http://ww2.grn.es/merce/2008/gratix.html
domingo, 20 de septiembre de 2009
Sin papeles

Vergara en Público
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Un operativo policial con unos 15 agentes de uniforme y de paisano cerró el jueves las salidas de la estación de metro y auobuses de Avenida de América en Madrid durante más de una hora con un objetivo: parar a todos los ciudadanos con rasgos latinos o de raza negra para comprobar sus papeles y en caso de no tenerlos, detenerlos. Al menos una decena de inmigrantes abandonó la estación en un furgón policial. "Cumplimos órdenes. Las explicaciones, a Interior", confirmó un agente.
Fuente EL PAÍS
martes, 14 de abril de 2009
El sueño ibérico
Entonces alguien contestado que alguien dijo alguna vez que España era el país de Europa que más se parecía a los Estados Unidos, en el sentido de que era el que tiene una mejor meritocracia… que un hijo de un peón puede llegar a ministro… e incluso acuñó la expresión "Sueño Ibérico". Ahora que lo pienso, creo que ha sido Pepa Bueno. El Sueño Ibérico. Toma ya. ¡Qué concepto!
Para empezar no creo que la supuesta meritocracia española haya funcionado especialmente bien nunca. Si eres listo y tienes perseverancia puedes atravesar el techo de cristal a base de cabezazos… pero ese techo está ahí. Pero bueno, vale, digamos que hasta ahora ha habido posibilidades de que, si eres un crack, pudieras llegar lejos aunque tu familia no tenga muchos recursos. Conozco unos cuantos ejemplos espectaculares.
Y luego está el caso de millones de personas como yo, el del crecimiento sostenido, ya sabéis: mis abuelos eran jornaleros, mis padres administrativo y auxiliar de enfermería y yo soy periodista.
Pero ahí se acaba.
Yo no tendré dinero para pagarles los estudios a mis hijos (si los tengo algún día). Y mis hijos no podrán pagárselos ellos mismos por culpa del Plan Bolonia (o mejor dicho, por la letra pequeña del plan Bolonia… pero ya volveré sobre eso). Parece ser que el supuesto sueño ibérico era una anomalía en la historia de este país y había que corregirla.
El mileurismo que convierte en eternos jóvenes semiemancipados a buena parte de los nacidos después de 1975 ya anticipa que nuestra generación va a vivir peor que la de nuestros padres y primos mayores. Dicho de otra forma: la Clase Media mengua. Para empezar el Ministerio de Fomento ya no emplea a peones camineros como funcionarios; subcontrata a empresas que subcontratan a trabajadores eventuales que trabajan como peones de lo que sea y que seguramente tienen condiciones peores que las del padre de José Blanco.
Y la reforma de las universidades o Plan Bolonia, yo creo que también va en el mismo sentido. La gente más brillante que conozco resulta que es la misma gente que se sacó o se está sacando la carrera mientras trabaja. Y resulta que el Plan Bolonia, dado que “quiere hacer al estudiante partícipe de su formación”, prescribe la asistencia obligatoria a clase.
Eso viene en la letra pequeña, claro. Porque la grande no se discute: por supuesto había que reorganizar algunas carreras, hacerlas más prácticas (...pero no a costa de que los programas los dicten las empresas), y crear un sistema de universidades común en Europa. Pero la letra pequeña es bastante fea. Igual de feo que es que nadie nos haya dicho aún que los másters (que complementan a los grados de cuatro años y que son virtualmente obligatorios) van a costar lo mismo que vienen costando los últimos cursos de las actuales licenciaturas. Como nadie nos ha dicho eso, tendremos que suponer que costarán como los másters clásicos: de 5.000 euros p’arriba.
Tuve una profesora que era una gilipollas y que me dijo una vez que no le servía como excusa para hacer un examen en septiembre que ese día estuviera trabajando; que en sus tiempos, la gente o estudiaba o trabajaba. “Y estudiaba el que podía”, debí decirla. Bueno, pues las tesis de esa gilipollas parece que son las que han triunfado.
Y luego dirán que hay crisis porque no consumimos lo suficiente y nos bajarán aún más el sueldo.
lunes, 29 de septiembre de 2008
Y YO CON ESTOS PELOS

¡Wall Street se desmorona!
¡Las bolsas de todo el mundo caen en picado!
¡Los gobiernos se ven obligados a nacionalizar bancos!
¡El sistema se derrumba!
Cielos... Cuando tenía 18 años soñaba con este momento. ¡Caos financiero! ¡Burgueses arruinaos! ¡Oooohhhh! Pero, joder, es que ahora me pilla un poco mayor; con crédito bancario y con casero. No lo puedo disfrutar como lo habría disfrutado entonces. (Entonces habríamos hecho una fiesta para celebrar el advenimiento del nuevo orden mundial con litros de kalimotxo, una densa niebla de hachís en el aire y Eskorbuto sonando a todo trapo. Ooohhh).
Vale, sí. No puedo evitar divertirme un poco, viendo a los neocons sufrir y a los empresarios cambiar de chaqueta y pedir "un paréntesis" en el libre mercado.
Pero al final la sensación de temor es más fuerte que la de gozo.
Al final los platos rotos los pagamos los de siempre... y yo es que no sé si en este momento particular de mi vida estoy preparado para empezar a cultivar/cazar mis propios alimentos y vivir en una covacha.
Me he informado de lo que podría pasar si quebrara CajaMadrid (yo he puesto en una porra que eso pasará en enero). Bueno; podría suceder, perfectamente, que todos mis (pocos) ahorros se esfumasen, pero que otro banco comprase la deuda de Caja Madrid y yo aún tuviera que seguir pagando mi crédito.
Siendo esto así, no extraña que en Nueva York está habiendo manifestaciones espontáneas de gente que, frente a la sede de la bolsa, en Wall St., invitan a brokers, financieros y demás calaña que se asoma a las ventanas a "tirarse ya". Sí. Es en alusión a los especuladores repentinamente empobrecidos que se suicidaron en los días que siguieron al crack del 29. Tal inquina despiertan estas sanguijuelas.
Parece ser, no obstante, que los malintencionados deseos de estos manifestantes no sé cumplirán: sin que sirva de precedente, algunos capitalistas sí son capaces de aprender de los errores: esta vez han elegido, en lugar de la inmolación, unas largas vacaciones a cuenta de las indemnizaciones millonarias que han cobrado como pago por hundir a sus compañías.
¡Sanguijuelas!
lunes, 14 de julio de 2008
Burbuja pinchada y platos rotos
Había algunos que, aún sin presumir de economistas, sabían que algo iba mal. Se les tachaba de cenizos.
La doctrina oficial era que la vivienda era la gallina de los huevos de oro, un activo que subía continuamente de precio. Una inversión segura para los que se lo querían llevar crudo sin trabajar demasiado. Los ahorros de toda la vida, la herencia de la abuela, un décimo premiado... podían convertirse en una fortuna si se cambiaban por ladrillos y se esperaba unos cuantos añitos. Lo de la burbuja inmobiliaria era un invento de anarquistas y rojos y, como no existía, nunca iba a pinchar.
La doctrina oficial era también que la vivienda es parte del mercado y que el Estado no debe intervenir en el mercado... porque el mercado ...trrrrrrrrtachán: SE AUTORREGULA.
Pues bueno; el mercado, por fin se ha autorregulado. Tras unos cuantos años de mantenerse hinchada de manera artificial de la burbuja inmobiliaria, el mercado se ha autorregulado. ¡Bravo!Lo que pasó ayer con Martinsa en su consejo de administración y en la bolsa de Madrid fue un magnífico ejemplo de autorregulación. ¡Hurra!
Parecía que la burbuja era un bulo de rojos y anarquistas, pero resulta que su comportamiento era predecible ajustándose a las más elementales leyes capitalistas de la oferta y la demanda.
Lo que pasa es que ahora los platos que ha roto la onda expansiva del pinchazo no los pagan los popes del libremercado, como "autores intelectuales". Que va. Lo pagamos el Estado y todos y cada uno de sus 46 millones de accionistas. Los trabajadores suspendidos de pago tendrán unas vacaciones forzosas y pedirán cuentas. Y los pequeños ahorradores van a perder pasta en pisos que no van a lograr colocar hasta que los bajen a la mitad de precio, también van a pedir cuentas (al igual que lo hacen los de otros timos parecidos: Fórum y Afinsa).
El señor del foto-collage de arriba seguramente ande muy disgustado, y, con toda probablilidad, también se tomará unas vacaciones. Unas buenas vacaciones a todo trapo para olvidarse del batacazo y para desparecer y dejar el protagonismo, en estos momentos de zozobra, al Estado y a unos servidores, que para eso estamos.
¿O no? El Estado tiene que pagar los platos rotos de Martinsa, porque los platos eran del Estado, no de Martinsa. Es el Estado quien pone y quita la legislación sobre el suelo y el que debería encargarse de que ésta se cumpla. Y nosotros tenemos que pagar los platos rotos del Estado porque somos nosotros los que ponemos y quitamos a los gestores del Estado y los que deberíamos encargarnos de darles el toque cuando su gestión no está siendo buena (o, directamente, no está siendo).
Los platos rotos los vamos a pagar nosotros, y con razón. Por peleles, por borregos, por dejarnos llevar por donde nos decían. Era responsabilidad de la sociedad plantarse y decir: "¿qué cojones es esta locura? ¿Quién va a comprar tantas casas... y a estos precios? ¿Por qué no diversificamos y metemos dinero en otras cosas... en TI, como los irlandeses?"
Era responsabilidad de la sociedad española decir eso. Unos cuantos clamaron en el desierto... mientras que la mayoría bostezaba y esperaba que le arreglaran la vida poniéndose en manos de señores como el que abre la página. Si es que casi me alegro de lo que está pasando.